En el medio del Atlántico, las islas de Madeira y Porto Santo son un refugio de la belleza natural. Entre el azul del mar y el verde-esmeralda de la vegetación sobresale el colorido exótico de las flores, en un archipiélago en que 3 tercios son área protegida y donde se encuentra la mayor floresta de Lauráceas del mundo.
En un ambiente naturalmente acogedor, el equilibrio y el bienestar son referencias habituales. La isla de Madeira ofrece varios complejos balnearios y accesos al mar con buenas condiciones para náutica, recreo y margullo.
La isla de Porto Santo, en particular, es el local ideal para uno refugiarse del stress y hacer un programa de talasoterapia ó unas vacaciones de playa combinadas con una partida de golf. Las festividades a lo largo del año son ocasiones para disfrutar de sabores tradicionales de la gastronomía y ver Madeira en fiesta, con destaque para el Carnaval, Fiesta da Flor, Festival Atlántico y el fantástico y tradicional espectáculo de fuegos artificiales de Nochevieja en la bahía de Funchal.